miércoles, 28 de agosto de 2013

FIBROSIS PULMONAR

FIBROSIS PULMONAR

Es una enfermedad caracterizada por disnea de esfuerzo (problemas para respirar durante el esfuerzo) y tos seca persistente, sin expectoración. Existe una forma aguda que evoluciona hacia una insuficiencia respiratoria grave. Consiste en una inflamación y fibrosis intersticial difusa.



 Comienza con una inflamación de los alveolos pulmonares (alveolitis) como respuesta a lesiones producidas por diversos agentes, que pueden ser conocidos o desconocidos. El objetivo de la inflamación consiste en neutralizar o destruir al agente lesivo o infeccioso y el restablecimiento de la normalidad del tejido en que se produjo. Cuando la destrucción de dicho tejido ha sido demasiado grande o en casos en que la lesión afecta a tejidos que no regeneran (como en la inflamación crónica) o cuando el exudado fibrinoso no puede ser reabsorbido de forma adecuada, se produce un intento de curación mediante sustitución por tejido conjuntivo (fibrosis y cicatrización). Es decir, prolifera tejido conjuntivo en la zona lesionada convirtiéndose en una masa de tejido fibroso.
 En la fibrosis pulmonar este proceso no se detiene y se produce una fibrosis progresiva, tanto de los tabiques interalveolares como del exudado intraalveolar, que acaba produciendo la desaparición de la arquitectura pulmonar normal, con los tabiques intersticiales engrosados. Llega un momento en que prácticamente no se reconocen las estructuras alveolares del pulmón.
En la mayoría de los casos, los pacientes presentan empeoramiento clínico y funcional progresivo, con evolución hacia la insuficiencia respiratoria grave en 5-7 años. En las fases avanzadas es frecuente la aparición de cor pulmonale e hipertensión pulmonar. Sin embargo, en ocasiones el deterioro clínico se debe al desarrollo de complicaciones. En los pacientes con fibrosis pulmonar aumenta la incidencia de cáncer de pulmón. El 4% de los casos presentan neumotorax y entre el 3 y el 7 % tromboembolia pulmonar. Así mismo, en estos pacientes existe una mayor incidencia de tuberculosis pulmonar y son frecuentes las infecciones bacterianas.

Etiopatogénesis de la fibrosis pulmonar

La etiología de las enfermedades pulmonares intersticiales difusas probablemente se relaciona con una interacción entre factores ambientales y genéticos. La predisposición genética de estas enfermedades  viene sustentada por la existencia de formas familiares de fibrosis pulmonar idiopática (FPI) y por la presencia de diferentes tipos de enfermedades intersticiales pulmonares en miembros de la misma familia. Además, no todos los individuos expuestos a agentes fibrogénicos tales como asbestos y bleomicina desarrollan fibrosis pulmonar. La importancia del ciclooxigenasa.- 2 (COX-2) en la patogénesis la FPI se ha demostrado en vivo y en vitro. La baja regulación de COX-2 en la FPI se ha asociado con la insuficiencia para sintetizar la prostaglandina E2 (PGE2), un potente inhibidor de proliferación de fibroblastos y de la síntesis de colágeno. La  baja expresión de COX-2 en el parénquima del pulmón se ha observado en la sarcoidosis, indicando que no es una característica sólo de la  FPI, sino también un fenómeno involucrado en otras enfermedades fibróticas del pulmón. El papel los polimorfismos y haplotipos del gen de la COX-2 en el desarrollo y progresión de la enfermedad, será investigado en la FPI y en la neumonitis por hipersensibilidad.
 La angiotensina II es un mediador con gran relevancia en la patogenia de la fibrosis pulmonar. La angiotensina II induce la apoptosis de las células epiteliales, incrementa la proliferación de fibroblastos y la síntesis de colágeno. El angiotensinógeno es el precursor de la angiotensina II. Se ha demostrado que existe un aumento de la expresión de angiotensinógeno en los pulmones de pacientes con FPI. El incremento de la expresión de angiotensinógeno conduce a un aumento de la producción de angiotensina II. Se investigará la relación de los polimorfismos y haplotipos del gen del angiotensinógeno con el desarrollo y la progresión de la FPI.
   La patogenia de la fibrosis pulmonar está relacionada con la interacción de citocinas, mediadores químicos y factores de crecimiento. La angiotensina II es un mediador profibrótico de gran relevancia. Recientemente, de ha identificado la enzima convertora de la angiotensina II (ECA-2), un homólogo de la ECA. La ECA-2 inactiva la angiotensina II y por lo tanto, puede tener una actividad protectora en el desarrollo de la fibrosis. El papel de la ECA-2 en la patogenia de la FPI, no ha sido investigado.
La exposición al asbesto constituye el 15% de estas enfermedades. La inhalación de fibras de asbesto, puede ocasionar una enfermedad pulmonar intersticial difusa con manifestaciones clínicas y radiológicas similares a las de la FPI. Se ha observado que algunos casos de asbestosis pueden ser diagnosticados de forma errónea como FPI si no se ha realizado la determinación de la concentración de cuerpos de asbesto o fibras de asbesto en el lavado broncoalveolar o en el parénquima pulmonar. Por tanto, la detección de cuerpos o fibras de asbesto en el tejido pulmonar y en el lavado broncoalveolar en pacientes con enfermedades pulmonares intersticiales difusas permitiría clasificar a la enfermedad pulmonar como secundaria a la exposición al asbesto. 


ENDOCARDITIS INFECCIOSA

ENDORCARIDITIS INFECCIOSA


La EI se define como una enfermedad en la que el endotelio cardíaco es invadido por organismos infecciosos; es una inflamación del revestimiento interno de las válvulas y cavidades cardiacas (endorcardio) A partir de esta llegada de microorganismos por vía hematógena, se inicia un proceso inflamatorio con formación de vegetaciones que son la lesión típica de la EI. Éstas se forman por la acumulación de detritus celulares, material trombótico y microorganismos sobre los tejidos mencionados, con escasa vascularización, lo cual tiene importantes implicancias terapéuticas, pues obliga al empleo de altas dosis de ATB por vía parenteral para el que el tratamiento sea efectivo.  Generalmente el agente etiológico es una bacteria y en menor frecuencia hongos, rickettsias, clamidias y virus. La evolución de esta enfermedad la determinan la virulencia del germen y el nivel de defensas del huésped.
Aunque puede aparecer en pacientes sanos, es más frecuente es:

ü  Válvulas protésicas
ü  Cardiopatías congénitas
ü  Valvulopatías
ü  Endocarditis previa
También es más frecuente en toxicómanos por vía intravenosa.

Causas

La endocarditis infecciosa se produce por la llegada de microorganismos al corazón a través del torrente sanguíneo. Estos microorganismos se fijan al endocardio, generalmente de una válvula cardiaca, y comienzan a multiplicarse, formando vegetaciones. El crecimiento de los microorganismos y la respuesta del sistema inmunitario para controlar la infección pueden ocasionar alteraciones en la función de la válvula sobre la que asienta la endocarditis. También pueden formarse abscesos (acúmulos de pus) y producirse embolias (al desprenderse un fragmento de la vegetación y migrar por el torrente sanguíneo hasta que se impacta en un vaso sanguíneo, comprometiendo el riego sanguíneo de esa zona del cuerpo).
Los microorganismos pueden penetrar en el torrente sanguíneo siempre que se afecte la integridad de la piel o las mucosas, como ocurre en los siguientes procedimientos:
ü  Procedimientos dentales que implican sangrado.
ü  Procedimientos del tracto respiratorio (adenoidectomía, amigdalectomía, broncoscopia con broncoscopio rígido).
ü  Procedimientos del tracto gastrointestinal (esclerosis de varices esofágicas, dilatación esofágica, cirugía del tracto biliar, operaciones quirúrgicas que involucran mucosa intestinal)
ü  Procedimientos genitourinarios (citoscopias, dilatación uretral, sondaje uretral si existe infección urinaria, cirugía uretral si existe infección urinaria, cirugía prostática, histerectomía vaginal, parto vía vaginal con infección…).
ü  En adictos las drogas por vía parenteral es característica la endocarditis sobre las válvulas
derechas del corazón (tricúspide y pulmonar).

Son muchas las especies de microorganismos que pueden causar una endocarditis, pero los más frecuentes son las bacterias, sobre todo, estreptococos y estafilococos. Según la agresividad de la bacteria causante, la endocarditis puede ser:
ü  Aguda. Evoluciona en días o semanas, provocada por gérmenes muy agresivos.
ü  Subaguda. Su curso dura semanas o meses, causada por gérmenes de escasa virulencia.



Síntomas

Varían según el microorganismo causal, las condiciones del paciente y la vávula afecta. 
En la endocarditis subaguda los síntomas son fiebre, escalofríos, sudoración nocturna, malestar general, disminución del apetito, fatiga, debilidad y molestias musculoesqueléticas. Estos síntomas pueden durar varias semanas antes de llegar al diagnóstico.
En la endocarditis aguda los síntomas son muy parecidos a los de la subaguda, pero más graves y concentrados en unos días. También pueden aparecer síntomas de insuficiencia cardiaca debido a la disfunción de la válvula afectada.


Diagnóstico
La sospecha diagnóstica se establece cuando existe un proceso infeccioso con fiebre persistente sin que exista un foco aparente de la infección, sobretodo si se asocian soplos u otros síntomas cardiacos y en pacientes con cardiopatías que predisponen a la endocarditis.
Para realizar el diagnóstico es importante demostrar la presencia de los microorganismos en la sangre y detectar las vegetaciones (generalmente situadas en las válvulas cardiacas).
Para detectar los microorganismos en la sangre se realizan hemocultivos, que son cultivos de sangre de la persona enferma en condiciones especiales que favorecen el crecimiento del micoorganismo. Además de detectar el microorganismo causal de la endocarditis, los hemocultivos también sirven para seleccionar el tratamiento más adecuado para ese microorganismo en concreto.
Las vegetaciones se detectan mediante las técnicas de imagen cardiaca. Generalmente se realiza primero un ecocardiograma transtorácico (desde el exterior del tórax). Si esta técnica no muestra las vegetaciones y existe alta sospecha, pueden realizarse otras técnicas, como un ecocardiografía transesofágica (mediante un tubo que se introduce por la boca hasta el esófago), que es más sensible pero también más agresivo.
Además de para realizar el diagnóstico, el ecocardiograma aporta datos sobre el estado de la válvula sobre la que asienta la endocarditis y del funcionamiento global del corazón.

Pronóstico

La endocarditis es una enfermedad grave que puede resultar mortal incluso si el tratamiento pautado es el óptimo. El tipo de microorganismo, el tamaño de las vegetaciones, las alteraciones sobre el funcionamiento de la válvula afectada y la existencia de embolias o insuficiencia cardiaca van a influir en el pronóstico.
A pesar de ser una enfermedad grave, no es rara la curación sin secuelas si se trata adecuadamente.

Tratamiento

El tratamiento de la endocarditis tiene que cubrir los siguientes aspectos:
ü  Tratar la infección, generalmente mediante antibióticos intravenosos. El tratamiento antibiótico inicialmente es empírico (sin conocer con detalle el microorganismo causal) y posteriormente se selecciona en función del microorganismo aislado en los hemocultivos. Normalmente dura varias semanas.
ü  Tratar las complicaciones derivadas de la endocarditis (insuficiencia cardiaca, embolias).
ü  Tratamiento quirúrgico, indicado en aquellos casos en que es necesario sustituir la válvula afectada por una prótesis, cuando existen abscesos o cuando el riesgo de que se produzcan embolias es muy alto.