ENDORCARIDITIS
INFECCIOSA
La EI se define como una enfermedad en la que el endotelio cardíaco es invadido por organismos infecciosos; es una inflamación del revestimiento interno de las válvulas y cavidades cardiacas (endorcardio) A partir de esta llegada de microorganismos por vía hematógena, se inicia un proceso inflamatorio con formación de vegetaciones que son la lesión típica de la EI. Éstas se forman por la acumulación de detritus celulares, material trombótico y microorganismos sobre los tejidos mencionados, con escasa vascularización, lo cual tiene importantes implicancias terapéuticas, pues obliga al empleo de altas dosis de ATB por vía parenteral para el que el tratamiento sea efectivo. Generalmente el agente etiológico es una bacteria y en menor frecuencia hongos, rickettsias, clamidias y virus. La evolución de esta enfermedad la determinan la virulencia del germen y el nivel de defensas del huésped.
Aunque puede aparecer en
pacientes sanos, es más frecuente es:
ü Válvulas
protésicas
ü Cardiopatías
congénitas
ü Valvulopatías
ü Endocarditis
previa
También es más frecuente en
toxicómanos por vía intravenosa.
Causas
La endocarditis infecciosa se
produce por la llegada de microorganismos al corazón a través del torrente
sanguíneo. Estos microorganismos se fijan al endocardio, generalmente de una
válvula cardiaca, y comienzan a multiplicarse, formando vegetaciones. El
crecimiento de los microorganismos y la respuesta del sistema inmunitario para
controlar la infección pueden ocasionar alteraciones en la función de la
válvula sobre la que asienta la endocarditis. También pueden formarse abscesos
(acúmulos de pus) y producirse embolias (al desprenderse un fragmento de la
vegetación y migrar por el torrente sanguíneo hasta que se impacta en un vaso
sanguíneo, comprometiendo el riego sanguíneo de esa zona del cuerpo).
Los microorganismos pueden
penetrar en el torrente sanguíneo siempre que se afecte la integridad de la
piel o las mucosas, como ocurre en los siguientes procedimientos:
ü Procedimientos
dentales que implican sangrado.
ü Procedimientos
del tracto respiratorio (adenoidectomía, amigdalectomía, broncoscopia con
broncoscopio rígido).
ü Procedimientos
del tracto gastrointestinal (esclerosis de varices esofágicas, dilatación
esofágica, cirugía del tracto biliar, operaciones quirúrgicas que involucran
mucosa intestinal)
ü Procedimientos
genitourinarios (citoscopias, dilatación uretral, sondaje uretral si existe
infección urinaria, cirugía uretral si existe infección urinaria, cirugía
prostática, histerectomía vaginal, parto vía vaginal con infección…).
ü
En adictos las drogas por vía parenteral es
característica la endocarditis sobre las válvulas
derechas del corazón (tricúspide y pulmonar).
Son muchas las especies de
microorganismos que pueden causar una endocarditis, pero los más frecuentes son
las bacterias, sobre todo, estreptococos y estafilococos. Según la agresividad
de la bacteria causante, la endocarditis puede ser:
ü Aguda.
Evoluciona en días o semanas, provocada por gérmenes muy agresivos.
ü Subaguda.
Su curso dura semanas o meses, causada por gérmenes de escasa virulencia.
Síntomas
Varían según el microorganismo
causal, las condiciones del paciente y la vávula afecta.
En la endocarditis subaguda los
síntomas son fiebre, escalofríos, sudoración nocturna, malestar general,
disminución del apetito, fatiga, debilidad y molestias musculoesqueléticas.
Estos síntomas pueden durar varias semanas antes de llegar al diagnóstico.
En la endocarditis aguda los
síntomas son muy parecidos a los de la subaguda, pero más graves y concentrados
en unos días. También pueden aparecer síntomas de insuficiencia cardiaca debido
a la disfunción de la válvula afectada.
Diagnóstico
La sospecha diagnóstica se
establece cuando existe un proceso infeccioso con fiebre persistente sin que
exista un foco aparente de la infección, sobretodo si se asocian soplos u otros
síntomas cardiacos y en pacientes con cardiopatías que predisponen a la
endocarditis.
Para realizar el diagnóstico es
importante demostrar la presencia de los microorganismos en la sangre y
detectar las vegetaciones (generalmente situadas en las válvulas cardiacas).
Para detectar los microorganismos
en la sangre se realizan hemocultivos, que son cultivos de sangre de la persona
enferma en condiciones especiales que favorecen el crecimiento del
micoorganismo. Además de detectar el microorganismo causal de la endocarditis,
los hemocultivos también sirven para seleccionar el tratamiento más adecuado
para ese microorganismo en concreto.
Las vegetaciones se detectan
mediante las técnicas de imagen cardiaca. Generalmente se realiza primero un
ecocardiograma transtorácico (desde el exterior del tórax). Si esta técnica no
muestra las vegetaciones y existe alta sospecha, pueden realizarse otras
técnicas, como un ecocardiografía transesofágica (mediante un tubo que se
introduce por la boca hasta el esófago), que es más sensible pero también más
agresivo.
Además de para realizar el
diagnóstico, el ecocardiograma aporta datos sobre el estado de la válvula sobre
la que asienta la endocarditis y del funcionamiento global del corazón.
Pronóstico
La endocarditis es una enfermedad
grave que puede resultar mortal incluso si el tratamiento pautado es el óptimo.
El tipo de microorganismo, el tamaño de las vegetaciones, las alteraciones
sobre el funcionamiento de la válvula afectada y la existencia de embolias o
insuficiencia cardiaca van a influir en el pronóstico.
A pesar de ser una enfermedad
grave, no es rara la curación sin secuelas si se trata adecuadamente.
Tratamiento
El tratamiento de la endocarditis
tiene que cubrir los siguientes aspectos:
ü Tratar
la infección, generalmente mediante antibióticos intravenosos. El tratamiento
antibiótico inicialmente es empírico (sin conocer con detalle el microorganismo
causal) y posteriormente se selecciona en función del microorganismo aislado en
los hemocultivos. Normalmente dura varias semanas.
ü Tratar
las complicaciones derivadas de la endocarditis (insuficiencia cardiaca,
embolias).
ü Tratamiento
quirúrgico, indicado en aquellos casos en que es necesario sustituir la válvula
afectada por una prótesis, cuando existen abscesos o cuando el riesgo de que se
produzcan embolias es muy alto.
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